Familias Colaboradoras

¿Quién puede ser familia colaboradora?

Todas las personas mayores de edad que de manera altruista, estén dispuestas a ofrecer cariño, estabilidad y tiempo (flexibilidad) a niños y niñas que se encuentran residiendo en centros de protección a la infancia.

¿En qué consiste?

La colaboración se basa en apoyos puntuales según la disponibilidad de la familia colaboradora, lo que lo diferencia del acogimiento familiar. Así, pueden ofrecerles compartir un fin de semana, unas vacaciones o una salida ocasional del centro. El plan es flexible, y siempre consensuado con el equipo de psicólogos y profesionales del centro.

¿Quién apoya a la familia que decide colaborar?

El programa está formado por profesionales con amplia experiencia en el área de atención a los menores del sistema de protección. Estas personas acompañan en todo momento ofreciendo formación, asesoramiento y apoyo.

Reporta múltiples beneficios para los menores, ya que ofrece la posibilidad de que conozcan modelos de familias alternativos, establezcan vínculos emocionales sanos, participen en actividades de ocio y amplíen su red social, entre otros.

Tener alguien que se interesa por ellos les aumenta la autoestima, les da seguridad e incluso puede ayudarlos a mejorar sus calificaciones escolares.

No se sustituye a la familia biológica. Se ayuda al menos en su crecimiento y desarrollo personal, ofreciéndole la posibilidad de vivir nuevas experiencias, fuera del centro y de un entorno familiar desestructurado, en un momento determinado.